Por: Jane Cruz
Hablar del proceso creativo podría terminar en un buen debate o una gran discusión, pues podría asegurar que quienes nos dedicamos al diseño, en más de una ocasión nos hemos encontrado a algún cliente que nos pide crear una marca de la noche a la mañana y no es tan sencillo.
Desde el paso cero, la inspiración, no es algo que cae del cielo, es algo en lo que se tiene que trabajar, haciendo prueba y error, hasta lograr el resultado más acertado para la marca. Recordemos que Beethoven compuso nueve sinfonías a lo largo de su vida y trayectoria musical, lo sé, no somos Beethoven… sin embargo, me refiero a enfocarnos a la calidad.
Hoy en día el diseñador es una persona con más de diez o doce profesiones, dicho de otra forma, se dedica a crear “algo” solicitado por el cliente y tiene que ser capaz de desarrollarlo de la forma correcta, especialmente cuando se trata de una creación desde cero.
Para que un diseñador pueda lograr atar todas las aristas, debe de trabajar con muchas áreas y creo que su mayor ventaja es la creatividad, cubriendo todo tipo de propuestas cuales sean, adaptables a los estándares comerciales.
El proceso creativo necesita de ciertas fases a cumplir, y una vez que las entendamos, podremos conectar con nuestro proyecto, pero, ¿cuáles son estas fases y cómo las sigue el Diseñador?
1- Briefing – Consiste en recibir el primer acercamiento del cliente, en el cual se hace una breve descripción del proyecto y cómo abordarlo, por parte del diseñador, será tomar el contacto e identificar el problema y las limitantes, para comenzar a desarrollar las primeras emociones que debe transmitir.
2- Pensar y apuntar- Las primeras ideas no sean convincentes, sin embargo, dentro del mar de posibles soluciones que lograste identificar, algunas tal vez puedan asociarse y te den una nueva perspectiva, por eso es de suma importancia tomar nota de todo.
3- Tomar distancia- Podría parecer un tiempo de ocio, pero no es así, lo mejor que puedes hacer después de trabajar un tiempo con la misma orden de trabajo es relajarte un poco, no significa no hacer nada, sino atacar otra área importante, o incluso otro proyecto pendiente, así darás tiempo a tu mente de generar más y lograr incubar la propuesta.
4- Producir- Es cuando llega el momento de llevar a la realidad esa intuición que incluso pudo aparecer de forma súbita, así que no la desaproveches.
5- Evaluar y corregir- Una vez que tengas en las manos tu creación, es crucial que tomes un papel autocrítico y objetivo para calificar tu propio trabajo, muy seguramente notarás algunos errores, lo mejor de todo, que podrás corregirlos.
6- Elaboración final- Es la última fase, posiblemente, habrás tenido que reformular tu trabajo, o regresar a fases anteriores antes de culminar, sin embargo, después de varios procesos de verificación, habrás conseguido dar forma a esa idea para lograr comunicarla de la mejor manera.